lunes, 7 de noviembre de 2011

Calle Mayor de Alcalá de Henares. España.

Recuerdo esas calles desde mi infancia, caminando de la mano de mi madre, recorriendo el mercado central en busca de la compra diaria o haciendo alguna visita a la familia. Santiago, Libreros, Escritorios, San Diego, Santa Úrsula, Colegios... y entre todas, reina la calle Mayor.

Por esta calle caminaron en el Siglo de Oro los ilustrres Calderón de la Barca, Francisco de Quevedo, Gaspar Melchor de Jovellanos, Lope de Vega, San Ignacio de Loyola, San Juan de la Cruz y Tirso de Molina entre muchos otros.

Alcalá presume de albergar dentro de su denso patrimonio el Hospital de Antezana, fundado en 1483 siendo el más antiguo del mundo en funcionamiento; el Corral de Comedias, fundado en 1610 es un teatro de los más antiguos de Europa; la Catedral-Magistral de los Santos Justo y Pastor que es una de las dos únicas Magistrales que existen en el mundo (iglesia Magistral implica que todos sus canónigos son doctores en teología); y claro, la calle Mayor del siglo XII que es la calle soportalada más larga del mundo con sus 400 metros.

Pocas ciudades y pocas calles en el mundo son capaces de trasladarte a otra época. Ésta es una de ellas, especialmente cuando se celebra el Mercado Medieval (el mayor de Europa) a mediados del mes de octubre, repleta la calle de banderolas, estandartes, música de flautas y tambores, tenderos de todo tipo con indumentarias de la época, y un gentío tremendo que llega de todas las ciudades y pueblos cercanos para disfrutar de una fiesta y una calle especial.

La calle Mayor, empedrada desde hace décadas recuperando su construcción original, comienza en el corazón de la ciudad, en la misma plaza de Cervantes, y muere en otra plaza, la de Los Santos Niños donde se encuentra la Catedral-Magistral. A lo largo de su recorrido encontramos calles que la cruzan, ya todas peatonalizadas igual que la Mayor, y todas ellas repletas de espléndidas terrazas donde disfrutar de una buena cerveza bien fría siempre acompañada de estupendos aperitivos. Tan buenos y abundantes son los aperitivos que apenas hay ocasión de pedir las típicas raciones pues incluso los restaurantes presentan ya cartas de aperitivos a elegir por el cliente. Esto hay que exportarlo a todas las ciudades Cervantinas... ¿no os parece?

A mitad de calle se encuentra el Hospitalillo, Hospital de Antezana u Hospital de Nuestra Señora de la Misericordia, comentado al principio, que se fundó a finales del siglo XV para la atención gratuita de los enfermos humildes. San Ignacio de Loyola vivió y trabajó en él como enfermero y cocinero. Y se cree que Rodrígo de Cervantes, padre del afamado Miguel, trabajó como cirujano.

Junto al Hospitalillo, se encuentra la Casa Natal de Miguel de Cervantes. Se trata de una casa de la época, equipada con todo el mobiliario que se usaba en el siglo XV, y donde se pretende que nació y vivió el escritor.

En dos puntos distintos de la calle se abren accesos a unas zonas interiores que hasta hace quince años eran de dominio privado. Se trata por un lado de la plaza Corral de la Sinagoga que junto a la plaza de los Irlandeses conforman una gran plaza que une la Mayor con Escritorios. Por otro lado, el callejón Corral de la Compaña permite unir Mayor con Santiago. En ambos espacios encontramos estupendos restaurantes y cafés de moda donde es complicado hacerse con un hueco donde sentarse a disfrutar del ambiente y la compañía.

A lo largo de la calle Mayor podemos encontrar todo tipo de comercios, aunque eso sí, pequeños comercios en su mayoría de ropa, que llevan impasibles desde hace décadas sin apenas cambios en sus locales y prestando un servicio personalizado al cliente.

Aquellos años en los que lo complicado era no transitarla con amigos y amigas, buscando un bar donde cerrar la noche. Yo tengo muy dentro de mí esta calle por la que he transitado desde mi infancia con mis padres, pasando por la adolescencia más revelde con el grupo de amigos, hasta llegar a mi actual madurez junto a mi mujer. Una calle que está dentro de las vidas de todos los alcalaínos, donde se pasea tranquilamente buscando una cara amiga, donde se vive al ritmo que marca una calle con sabor a historia.

Juan Antonio Pereira
IC Madrid